Hace tiempo me preguntaba dónde estaba el fin del mundo. dice 1Q84 que Chejov escribió un libro acerca de la isla de Sajalin. un lugar remoto como ningún otro, con extraños habitantes llamados Guilliakos, una sociedad primitiva viviendo en los grises y desesperanzadores parajes del fin del mundo. para contrarrestar el frio comen focas, ballenas, esturion y nada de vegetales -no es una sorpresa que ninguno tenga todos los dientes- y ademas los Guilliakos no entienden las carreteras. dicen que si ven una carretera igual continuan caminando a traves de la tierra. porque diablos fue Chejov a Sajalin? porque un escritor que gozaba de fama en vida y formaba parte de la nata de la sociedad rusa se marcho a tal desolado paraje en tiempos en que viajar aquella distancia de moscu a siberia no era ninguna broma seguirá siendo un misterio para algunos. no para mí.
La distancia lo emebellece todo. Tan asi que el Hong Kong asfixiante ya se ha convertido un recuerdo divertido. no estuvo tan mal después de todo, y aunque al llegar le reproché no ser lo suficientemente exótico, claro, luego de un par de viajes a Japon Hong Kong ya no sabe a lo mismo, y mi percepción de que la diferencia entre Auckland en New Zealand y Hong Kong son 6 millones de chinos, le quitaron un poco de magia a la ciudad. Supongo que todo depende de donde uno venga, no? En HK conoci a alguna gente, incluso estuve bebiendo cervezas en el departamento de unos franceses, y que vaya a ratos me parecio que los franceses habían invadido Hong Kong. A ellos les encanta y van y buscan trabajos y se quedan por algunos años. la gente de donde yo vengo no piensa así, a nadie se le ocurriria ir a Hong Kong a buscar trabajo. pero a los franceses sí.
Parece que hubiese visto a un fantasma en China porque al mirar hacia atras veo como corrí en la dirección contraria. Llegué raudamente hasta Kuala Lumpur y no me permití mas de dos días en aquella ciudad, ya tenía bastante con las urbes y ya era hora de comenzar a adentrarse en la selva. ya se irán adivinando que a pesar de que tenia muchas ganas de recorrer malaysia peninsular esto podria esperar hasta la segunda parte de mi viaje porque me encontraba demasiado cerca de aquel imán para aventureros llamado Borneo. Borneo siempre me sonó a algo, nunca supe bien a que, quizas a selva y a sanguijuelas, a Orangutanes, a rinocerontes, a la última frontera. claro que no es la isla de Sajalin, pero esta en el buen camino. y el camino es el Tao, que suerte que leí ese libro incoherente y sabio a su manera, tan poético como es la literatura china, tan antiguo que se saborea como una sopa de papiros del Codex Sinaiticus (la biblia mas antigua del mundo). algo de china tenía que venir conmigo después de todo. Me encargué de conseguir un par de libros de viaje, uno de principios de siglo cuando Borneo era el límite inexplorado y viajeros con caravanas de portadores viajaban durante anos recolectando muestras de flora y fauna para ser descubiertos, y otro de dos escaladores obsesionados con la foto de una montana que tras anos de investigacion resulto estar escondida en el corazon de Borneo.
La llegada fue un poco extraña. no había un Orangutan dandome la bienvenida como me esperaba. tampoco había rascacielos, pero la verdad llegué a una ciudad bastante grande, mucho mas grande de lo que jamás pensé que podía encontrar en esta isla y, bueno, los tiempos cambian. y ya es tan difícil dar con las últimas fronteras. me querían subir a un taxi en el aeropuerto, pero yo quiero Local, asique me senté en el suelo sobre mi mochila y me quedé esperando el bus. a medida que la gente fue desapareciendo logre divisar a algunas figuras sentadas sobre mochilas, y sí, había algunos otros viajeros como yo que no se se sentían muy apurados. llegué a la ciudad tras cojer un par de buses feos por algo así como 3 morlacos -sea lo que sea era muy barato- y encontre de alguna manera mi hostal: el hostal Borneo. La ciudad es simple y se puede ver las dos caras de la moneda: mercados callejeros y un mall, tambien tuve la tentacion de comer un Burguer King hoy por la tarde pero sacudi la cabeza y me sente en un restoran local a comer un pollito con arroz, sopa y aji.
'mucho mejor', como decia la Alvear en los tiempos de campaña de antes. sí, local es mejor. pero Local muchas veces es dificil de encontrar, esta sepultado bajo la publicidad y las tiendas de relojes, ahogado por las compañías de tours, escondido como los barrios pobres en las grandes ciudades, o las playas sin hoteles. pero Local esta ahi todavia. de los Orangutanes ni rastro.
Mañana voy al mercado negro a intentar comprar pases para escalar el Mount Kinabalu. Es lindo viajar como estoy viajando hoy por hoy: por olfato, por capricho, por escapar de otro lugar, pero tiene algunos costos colaterales como encontrarse frente a la mejor Montaña de Borneo y descubrir que debería haber reservado uno de los limitados pases con meses de antelación. pero asi es la vida. también podría estar en casa viendo tele, pero estoy aca y voy a hacer lo posible por llegar a esa montana o mi venganza sera terrible (ya tengo algunos otros puntos de escalada que podria visitar en caso de fracasar en el Kinabalu). Lugares bellos que me harán olvidar que jamás logré llegar a la cima del Kinambalu o del Kilimajaro. No todavía. pero TODO esta por verse.
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